jueves, 27 de marzo de 2014

La relevancia de la educación y la diversidad cultural en Colima


Como en todo lugar que pueda conocerse en la actualidad, la educación y la diversidad cultural en la entidad de Colima ha sido y es de vital importancia para entender nuestra dinámica social que ha ido transformándose al paso de los años, es por ello que para hablar del tema es necesario primero remitirnos al pasado ya que de una u otra forma se ha impregnado en la ideología de las personas transmitiéndose por generaciones.  

Haciendo un  breve recuento histórico para entender estos dos conceptos es necesario ponderar que nuestro estado por su ubicación geográfica y belleza natural, ha sido aprovechada para el intercambio económico y el desarrollo turístico,  por lo tanto se ha convertido cada vez con mayor énfasis en un lugar en el que muchos de quienes nos visitan, vienen a trabajar o estudiar, deciden establecerse de manera definitiva provocando una diversidad cultural cada vez más acentuada que nos enriquece y enorgullece en la mayoría de los casos.

Aunque en la época prehispánica la cultura Náhuatl  fue la única que se estableció en nuestro territorio, y a pesar de las prácticas de colonización que se vivieron como en muchos otros lugares,  todavía prevalecen tradiciones en comunidades rurales de Comala e Ixtlahuacán principalmente.

Colima cuenta con los sitios arqueológicos de La Capacha y los Ortices,  que datan de 1500 a 200 a.C., de igual forma existen los de  Comala, Armería y Playa del Tesoro en Manzanillo que se establecieron del 200 a.C. al 1000 d.C. y por último se cuenta con El Chanal, La Campana y Tecomán que florecieron entre los años 1000 y 1523 d.C. mismos que a la fecha dan muestra de la riqueza cultural que se posee y que se palpa en la comida, el vestido, la música, artesanías, medicina y costumbres que a la fecha se siguen practicando.

Con la llegada de los españoles a Colima quienes después de haber sufrido derrotas ante el imperio del Rey de Colimán, tras vencer a éste en su tercer intento a mediados de 1523, se establecieron en primera instancia el 25 de julio en un lugar llamado Caxitlán (en el valle de Tecomán) que nombrarían Villa de Colima, mismo que por su clima y condiciones insalubres decidieron abandonar y fundar en  lo que hoy es la Capital de Colima, la Villa de San Sebastián de la provincia de Colima  el 20 de enero del año de 1527 y donde la vida se transformó generando una nueva cultura y transcurriendo con tranquilidad a pesar de movimientos armados tan importantes como los de la guerra de independencia y la Revolución mexicana, donde la participación fue mínima por parte de sus habitantes.

Fue hasta la revolución cristera que iniciara en el año de 1929,  (de la cual no se habla en el libro de texto gratuito de Historia y Geografía de Colima para tercer grado de primaria), cuando se dieron los hechos más violentos y radicales en nuestra entidad, así como en las de Jalisco, Nayarit, Guanajuato y Zacatecas donde la muerte de personas se convirtió en un suceso lamentablemente cotidiano.

Todos estos sucesos han marcado la forma de ser de los colimenses que por tradición cultural se ha caracterizado por su amabilidad, hospitalidad, que aunados entre otros a los recursos y paisajes naturales, fuentes de empleo, oferta educativa y muchos rasgos más, han hecho de este territorio un lugar donde muchas personas deciden establecerse y desarrollarse.

La diversidad cultural y la educación en Colima es un aspecto cada día más aprovechado para el desarrollo y beneficio de la mayoría de su población, ya que  las oportunidades de formación que en él se brindan han sido un imán que atrae cada vez con más fuerza a  jóvenes de entidades vecinas, que ven la oportunidad de prepararse adecuadamente con el objetivo de desarrollarse en el ámbito de sus competencias y vocación para posteriormente insertarse en el ámbito laboral.

Históricamente el estado de Colima ha sido generadora de grandes educadores que han trascendido en este ámbito, citando por ejemplo, a Gregorio Torres Quintero, Susana Ortiz Silva y Benjamín González Fuentes, entre otros, que dan muestra del compromiso y gusto por esta noble profesión que sigue desarrollándose cada vez con más auge y que permitió el desarrollo de otras instituciones que del normalismo colimense surgieron y que en la actualidad son orgullo de la entidad, como es el caso específico de la Universidad de Colima.

Esta institución universitaria se ha desarrollado a pasos agigantados adquiriendo gran prestigio, y atrayendo a jóvenes y familias completas para establecerse y desarrollarse aquí, lo que no sólo incrementa la población, sino también las tradiciones que en el mejor de los casos se van adoptando, adaptando, cambiando e incluso perdiendo.

La cultura del esfuerzo por la preparación académica es una de las características de la sociedad de Colima,  ya que los índices de analfabetismo no son tan altos como en otras entidades, siendo generalmente los adultos mayores y niños de otras entidades que vienen a trabajar temporalmente los que carecen de este factor tan importante para la movilidad social hacia mejores niveles de calidad de vida, aunque en los últimos años no se ve con claridad que en realidad lo sea, aunado a la inseguridad y falta de empleos que han incrementado los índices de delincuencia organizada.

Debe ser por lo tanto la educación y la diversidad cultural entendida y atendida de manera adecuada para que las carreras que se ofertan en las instituciones de nuestro estado, sean las que para su desarrollo social, cultural, y económico se requieren, abonando a mejorar las condiciones de muchos egresados que tardan para insertarse laboralmente en un empleo congruente con su perfil  y mejorar esas condiciones de vida propias que coadyuvarán a mejorar las de la sociedad en su conjunto, siendo esta última la responsable en saber inculcar a los jóvenes no sólo el deseo de preparación, sino el interés y gusto por desarrollarse en lo que realmente los motiva y para lo cual poseen conocimientos, habilidades, actitudes y destrezas que los guiarán adecuadamente hacia el éxito.

Pero esta tarea no es fácil, se requiere del compromiso de todos los actores involucrados, donde el interés principal sea el desarrollo de la sociedad colimense en su conjunto y donde la planeación estratégica sea el eje rector para la toma de decisiones acertadas y congruentes con lo que en el discurso se menciona y haciendo definitivamente de la diversidad cultural  y la educación la oportunidad de trascender como una sociedad incluyente y que se desarrolla en las potencialidades propias para aprovechar adecuadamente las que posee como entidad que forma parte de una nación y de un planeta.


INTEGRANTES:
Corona Muñoz Fernando
Gallardo Muñoz Guadalupe
López García Raúl

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