martes, 25 de marzo de 2014

Historia breve de Colima



Colima es una de las 32 entidades federativas de México.
Su nombre proviene del término en náhuatl con que se denominaba al antiguo reino de Colliman: de colli, "cerro", "volcán" o "abuelo", y maitl, "mano", "dominio". Colima es, pues, "lugar donde domina el dios viejo o el dios de fuego".


Colima prehispánico 

Se considera que el origen básico de los pobladores de esta zona fueron los Náhoas y en particular los Aztecas, que según las crónicas del siglo XVI procedìan de Chicomoztoc.

Actualmente se afirma que las tribus nahuatlacas, partieron de Aztlán. En su peregrinar dirigiéndose a la altiplanicie quedaron grupos en lo que hoy es Jalisco, Colima y zona costera de Michoacán.

Los pobladores originarios de Colima se distinguieron principalmente como alfareros, legándonos una cerámica de las más ricas por su variedad de formas y decoración que además nos permite conocer su compleja organización social compuesta por jefes, sacerdotes,  comerciantes, campesinos, artistas, bailarines, músicos, etcétera.
. También practicaban la cestería, el tejido y la metalurgia. Vivían en aldeas próximas a las tierras que cultivaban.

La región estuvo habitada por varios señoríos o reinos, gobernados por tlatoanis, que para defenderse de otros pueblos formaron la llamada Confederación Chimalhuacana. Los de Colima, conocidos como tecos, tenían su centro político en Caxitlán y su Hueytlatoani era Colímotl, más conocido como Rey Colimán. Los historiadores coinciden en expresar que era poseedor de valiosas cualidades y que ni antes ni después de la conquista se le conoció vicio ni defecto alguno, por lo que era muy amado.
 
Los restos más antiguos de asentamientos humanos en lo que hoy es el estado de Colima corresponden al siglo XV a.C. correspondientes a la fase Capacha, por lo cual son contemporáneos de sitios olmecas como  San Lorenzo en la zona del Golfo y Tlatilco en el Altiplano.
Alrededor del siglo V a. C. se inicia una nueva fase, conocida como Los Ortices, en la que por primera vez aparecen los elementos que caracterizarán a la cultura de los pueblos prehispánicos de Colima: las "tumbas de tiro" y la cerámica "rojo bruñido". Esta fase habría de prolongarse por casi un milenio, hasta la aparición del complejo denominado Comala - 100 d.C. a  600 d.C.-. Bajo esta cultura el arte cerámico alcanza su máxima perfección. Como ejemplo de la expresión de este arte están los “perros sebados”, reconocidos internacionalmente.
A la fase Comala se sobrepuso el complejo Colima, donde puede identificarse cierta influencia tehotihuacana; y hacia el año 500 d. C. el complejo Armería, que se desarrolló sobre la cuenca del río del mismo nombre.

Otros complejos llamados de Armería, de Colima y Chanal le sucedieron. Siendo hoy los más explorados los restos arqueológicos de Chanal y La Campana, que pertenecen a los siglos VI – XV d.C. Con clara influencia mesopotámica, las ciudades exhiben templos piramidales, calzadas y representaciones del dios de la lluvia, Tlaloc, y del viejo dios del fuego, Huehuetéotl.
Una última migración del norte, con tradición cerámica distinta a las anteriores, parece haber arribado a la costa colimense alrededor del siglo X d.C; a sus restos se da el nombre de complejo Periquillo.
Fueron los pueblos de los complejos Periquillo y Chanal, que perduraban en el siglo XVI de nuestra era, quienes enfrentaron a los conquistadores europeos. 


La conquista de Colima por los españoles.

Juan Rodríguez de Villafuerte fue el primero en explorar la zona. Al llegar a Trojes  fue derrotado en una emboscada del Rey Colimán. Poco después decidió encargarle la empresa a Francisco Álvarez Chico. Éste salió con un pequeño ejército por el camino de Toluca, hacia la costa Michoacana.
Al cruzar con los suyos, un desfiladero en Colima los colimenses atacaron por sorpresa, Francisco Álvarez Chico, junto con otros españoles, fueron derrotados en la Batalla por el Rey Colimán en el Paso de Alima y/o Palenque de Tecomán. Después de esta derrota la expedición punitiva fue confiada a Cristóbal de Olid quien en 1522 fue enviado a conquistar Michoacán, provincia que conquista en nombre de Hernán Cortés. 

Cortés confió la siguiente expedición a Gonzalo de Sandoval, quien derrotó en el Palenque de Tecomán a los tecos o colimecas, donde se rindió el Rey Colimán.
El 25 de julio de 1523, tras consumarse la conquista de México, el mismo Gonzalo de Sandoval fundó en Caxitlán la Villa de Colima en términos de Tecomán, pero debido a problemas de insalubridad tuvo que trasladar el asentamiento al lugar que hoy ocupa, denominándola Villa de San Sebastián. En 1533 Hernando de Grijalva zarpó desde las costas de la región para descubrir el Archipiélago de Revillagigedo


 

Colima en la época colonial.

En los primeros años inmediatos a la conquista la población indígena se redujo drásticamente. Según las estimaciones aceptadas, pasó de 150 mil antes de 1523 a menos de 15 mil en 1554, y sólo comenzó a recuperarse hasta mediados del siglo XVII, a pesar de la introducción de gran cantidad de esclavos africanos y posiblemente indígenas de regiones vecinas por lo cual hubo gran diversidad racial: criollos, mestizos, castizos, mulatos, moriscos, jibaros, etc.

En esta época colonial en Colima, tuvo lugar la visita del Oidor y Alcalde Mayor del Reino de la Nueva Galicia Lorenzo Lebrón de Quiñones (1551-1554) quien elaboró la relación de 200 pueblos de esta Provincia; consignando la desorganización que existía y las medidas que tomó corrigiendo con mano de hierro las injusticias que se cometían con los nativos y convietiéndose en apasionado defensor de ellos.

En síntesis, Lorenzo Lebrón de Quiñones estableció una tributación más justa, liberó esclavos, fustigó a los explotadores, expidió 104 ordenanzas para reglamentar la vida social y política de los pueblos por lo que se le considera como precursor de la seguridad social y benefactor de Colima.

Los franciscanos dirigidos por los frailes Honorato y Gerónimo de la Cruz, iniciaron en febrero de 1554, la construcción del convento de San Francisco de Almoloyan, de la cual todavía se conservan vestigios.

El propio Lebrón de Quiñones volvió a la Villa de Coluima en 1556, para autorizar los terrenos en los que se establecieron 200 naturales (de Chiapa y otros pueblos) con sus mujeres e hijos, naciendo así Almoloyan, que fue cambiado al rancho de los Martínez (hoy Villa de Álvarez).

En esta época colonial, ocurrieron en Colima muchos desastres naturales tales como: un sismo en 1563; fuerte huracán y temblor en 1573 y 1574 respectivamente; terremoto y erupción del Volcán de Colima en 1576, repitiéndose en 1585, posteriormente incendios (1593, 1600, 1609, 1625 y 1653)  más terremotos (1606,1616, 1623, 1625); una sequía en 1617 y un ciclón en 1626 que arrasó huertas y cañaverales.

 Ante tanta calamidad, buscaron los habitantes un Santo para que los protegiera y luego de una votación secreta eligieron como como Patrono de  Colima a  san Felipe de Jesús, cuya imagen recibieron con toda solemnidad en 1668 el Ayuntamiento y los vecinos quienes empezaron desde entonces los festejos anuales del 5 de febrero que constituyen el origen de los festejos taurinos villalvarenses.

Con el despojo a los nativos nació la encomienda; siguieron las mercedaciones para terminar en la Hacienda. 
El puerto de Santiago de Buena Esperanza, hoy Manzanillo, fue fundamental para las expediciones cortesianas que llevaron al descubrimiento de las Californias; y escenario frecuente de las incursiones de los piratas atraídos por el paso del Galeón de Manila; entre otros Francis Drake (1579), Thomas Cavendish (1587) y el holandés Joris Van Speilbergen (1615), quien allí fue derrotado por las milicias colimenses al mando del capitán Sebastián Vizcaíno.
Sus industrias fueron durante el virreinato la producción de sal y de "vino de coco" -aguardiente destilado de la tuva, savia del cocotero-. En lo agrícola, sus principales cultivos fueron el cacao, en el siglo XVI, y posteriormente coco, caña de azúcar y algodón. También produjo arroz, añil y vainilla, así como ganado bovino y mula.

A pesar de ser una alcaldía directa del virreinato desde su fundación, a finales del siglo XVIII se convirtió en subdelegación de la Intendencia de Guadalajara. Al igual que su iglesia, quien ahora dependía del obispado de Guadalajara.




La Independencia en Colima

Del 10 de marzo  al 26 de noviembre de 1792, Colima tuvo como cura de la parroquia de san Felipe de Jesús al cura don Miguel Hidalgo y Costilla. Cuando éste pronunció el ahora famoso grito de Dolores para dar inicio a la Guerra de Independencia  el 16 de septiembre de 1810, para el 1o de octubre se publicó la noticia sobre la Insurrección, en respuesta rápida para el 7 de octubre de 1810 a instancias del cura José Antonio Díaz, el Ayuntamiento de Almoloyan invitó a los ayuntamientos de Comala, Zacualpan, Juluapan, Coquimatlán, Tecomán, Tamala, Ixtlahuacán, yn Caután, para comentar y planear el pronunciamiento en favor de la Independencia.



El Padre José Antonio Díaz partió a Guadalajara, en donde el cura Hidalgo lo nombró consejero y proveedor general del ejército Insurgente.

Escenario de grandes batallas entre insurgentes y realistas (defensores de la corona española), la ciudad de Colima vio luchar con determinación a grandes hombres como los colimeños José Antonio Torres, Rafael Arteaga, Pedro y Manuel Regalado, José Calixto Martínez, Miguel “El Lego” Gallaga, el cura José Antonio Díaz e Ignacio Sandoval entre muchos otros.

Una vez obtenida la independencia, la nueva federación otorgó a Colima la categoría de Territorio Federal en 1824. Sin embargo, en 1837 volvió a perder su autonomía al ser nombrado distrito del Departamento de Michoacán. Don Melchor Ocampo fue (nominalmente)  Gobernador de Colima en este tiempo que dependió de Michoacán como Distrito.


Los hombres que más reelecciones tuvieron como gobernantes de Colima de 1825 a 1855 fueron: Alejo Espinoza 7 veces, Ignacio Ochoa 5, Mariano de la Madrid 5, Ramón A. de la Vega 4,  Manuel álvarez 5, José María Gutiérrez 5, Ignacio de la Madrid 4, Tomás Quiroz 3, Joaquín Solórzano 2 y Joaquín Campos 2. La mayoría de esos años (1825-1855) correspondieron al tiempo en el que intervino el nefasto Antonio López de Santa Ana.


En esta época colonial además del cacao, la palma de coco y el maíz, se hicieron grandes plantaciones de algodón.


Colima en la Guerra de Reforma e Intervención Francesa.

La industria y artesanías a mediados del siglo XIX consistían en tejidos de lana, curtidos de pieles (bovinos, caimanes, venado, tigre, jaguar...), azúcar, alcohol, sal, ebanistería, jabón, loza, añil, aceite de coquito,  figuras de chico, dulces de piña y el tradicional sombrero de palma real que era una productiva industria familiar.

Para el Congreso Constituyente (1856-1857) fueron electos diputados del territorio a dicho Congreso General que promulgó una nueva Constitución (1857) los colimenses y licenciados Juan Bautista Ceballos y  Antonio Brizuela como propietario y suplente respectivamente. El Gral. Manuel Álvarez solicitó colaboración de los distinguidos legisladores: Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Santos Degollado y otros para defender principalmente la autonomía del territorio de Colima.

 En 1857 con la promulgación de la nueva Constitución Mexicana, Colima obtuvo el título de Estado de la Federación, soberano e independiente siendo el primer gobernador  del Estado el general Manuel Álvarez.
En 1861, Colima cede al Congreso Federal las Islas Revillagigedo para un penal.


El Estado de Colima desconoció el golpe de estado de Ignacio Comonfort (Diciembre de 1857) uniéndose con Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Guerrero y Veracruz que apoyaron a Bénito Juárez como presidente por ministerio de Ley.

Después de la traición de Landa en Guadalajara llegó Juárez a Colima, acompañado de sus ministros Melchor Ocampo, Manuel Ruíz, León Guzmán, Guillermo Prieto, general Santos Degollado, el cronista Matías Romero, Benito Gómez Farías y otros liberales custodiados por el general Francisco Iniesta con 75 soldados de infantería y 30 de caballería. La comitiva se alojó en la casa número 36 de la calle 5 de Mayo, instalándose luego en Palacio de Gobierno, el cual en automático se convirtió en Palacio NAcional y Colima en capital de la República. Posteriormente, en busca de tener mejor y más ágil comunicación acordaron los ministros cambiar la residencia del gobierno y fue así como se fueron a Manzanillo el 8 de abril de 1858 para desde allí embarcarse rumbo a Veracruz vía Panamá, en el vapor norteamericano: !John Stephens".

Después de derrotar a los republicanos, el general imperialista  Leonardo Márquez (El Tigre de Tacubaya) recibió en Colima a los franceses encabezados por el  general francés Félix Dovway en noviembre de 1862 con gran pompa y manifestaciones de simpatía de parte de los conservadores y el clero.

En Colima lucharon activamente por la restauración de la República los generales: Julio García, Antonio Rojas, Francisco Merino y Simón Gutiérrez, así como los coroneles Francisco Magaña, Ignacio Zepeda y otros muchos.

La destacada maestra colimense Rafaela Suárez que dirigió la Escuela Normal de Maestros de Colima en 1863, demostró su patriotismo cuando se negó a trabajar para el imperio de Maximiliano, diciéndoles: "-No comería tranquila con el dinero que paguen los traidores".

Los imperialistas al mando del general Felipe N. Chacón, después de varios días de sitio parlamentaron y entregaron Colima por lo que los republicanos hicieron su entrada triunfal en Colima, el 2 de febrero de 1867 con el general Ramón Corona al frente, restableciéndose así  el Gobierno Republicano en esta Entidad Federativa quedó como gobernador y comandante militar don Ramón R. de la Vega.
Con la instalación de las fábricas de hilados y tejidos: La Armonía, La Atrevida y San Cayetano, comenzaron a vislumbrarse los signos de la "modernidad científica". En 1869 se inauguró el servicio del telégrafo en la ciudad capital e inmediatamente después en el puerto de Manzanillo. Asimismo, en 1883 el teléfono. 
En 1871 se inició la construcción del Teatro Hidalgo, cuyo estreno "oficial" debió esperar hasta 1887, cuyo nombre fue Teatro Santa Cruz en honor al gobernador de ése entonces. Abrió sus puertas en 1874 la primera institución de educación media del estado, "El Liceo de Varones". Y con la pompa y solemnidad del caso se celebró en diciembre de 1881 la elevación de la parroquia de Colima al rango de obispado. 
Antes de terminar el siglo llegó a apuntalar la recién estrenada modernidad el ferrocarril, símbolo de los tiempos. Tras muchas vicisitudes, el 16 de septiembre de 1889 se inauguró el tramo de vía Manzanillo - Colima, y en marzo de 1892 el ferrocarril urbano de la ciudad de Colima.


 La Revolución Mexicana y la Guerra de los Cristeros en Colima. 
Durante el porfiriato, Colima se benefició, al igual que la mayor parte del país, de una línea de ferrocarril que conectaba al puerto de Manzanillo con la ciudad de Colima y otra que conectaba a esta ciudad con Tuxpan. 

Don Francisco I. Madero visitó Colima en su campaña electoral difundiendo su libro: "La sucesión presidencial de 1910"  y sensibilizando con respecto a la problemática social y política del país. Realizó su mitin ropdeado de la policía "de la montada", en la explanada integrando el grupo antirreeleccionista  y las inquietudes revolucionarias.

Durante la guerra de Revolución Mexicana, el estado de Colima se mantuvo fuera de las guerras armadas.

 Posteriormente, vigente la Constitución del Estado, expedida por el Congreso el 31 de agosto de 1917, se inició el período de consolidación del movimiento revolucionario.

En Colima lo más violento se vivió después del restablecimiento del orden constitucional a causa de las fuertes luchas de los partidos políticos  por el poder. Estas pugnas abarcaron más de los primeros treinta años posteriores al restablecimiento del orden constitucional. 

Pertenecer a los partidos políticos regionales- Liberal Colimense e Independiente- implicaba una filiación fanática de modo que como señala Ernesto Terríquez Sámano (1982) se batían a duelo para defender su causa, cometiendo excesos deplorables.

De 1919 a 1923,  Miguel Álvarez García del partido Independiente con el apoyo que le brindó el general Juan José Ríos fue el gobernador de Colima. Su mandato  se caracterizó por los constantes enfrentamientos con la legislatura local. y no fue relevante porque se involucraba mucho más en asuntos personales que en los relacionados con la  administración local.

 Gerardo Hurtado Suárez (Doctor), tomó posesión como gobernador el 1o de noviembre de 1923 y a las pocas semanas de su mandato  fue depuesto por las fuerzas militares sublevadas en contra de Obregón. Regresó al gobierno cuando se restableció el orden legal pero el 21 de abril de 1925 lo derrocó el Congreso local.

El Lic. Francisco Solórzano Béjar , tomó posesión como gobernador el 4 de mayo de 1925 y expidió la  primera ley del trabajo que rigió en Colima. Durante su mandato  se inició la revuelta cristera.

 La Guerra de los Cristeros, iniciada con la aprobación de la Ley de Cultos de 1926, consistió en un ataque armado de parte del gobierno central contra la Iglesia y todas sus propiedades, incluidas escuelas, templos, hospitales y orfanatorios. Esta Guerra, representó para Colima la más cruenta batalla librada

El pbro Enrique de Jesús Ochoa  fue el director intelectual de la guerra cristera y el señor Virginio García Cisneros fue el jefe civil de dicho movimiento en el Estado.

En 1929 empezó la pacificación del país con la reanudación de los cultos.


Bibliografía:

Oseguera J.(1979)  Historia gráfica de Colima.

Ed. Secretaría de Educación y Gobierno del Estado de Colima. 2010,  México.




Terríquez  E. (1982). Historia Mínima de Colima. Ed. Secretaría de Educación y Gobierno del Estado de Colima. 2012,  México.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario